Salud femenina, Solución pérdidas orina, Suelo pélvico
El suelo pélvico también envejece
Los avances médicos de las últimas décadas han permitido a España situarse en el top de los países con más esperanza de vida. En nuestro país, tanto mujeres como hombres viven de media unos 10 años más que la población mundial. Los hombres viven una media de 80,3 años, frente al 69,8 en el resto del planeta. En el caso de las mujeres, la longevidad se dispara: las españolas tenemos una esperanza de vida media de 86,9 años, mientras que en resto del mundo se sitúa en 75,3 años.
Pero eso sí, hay ciertas cosas que debemos saber si queremos vivir nuestra vejez con una buena calidad de vida. La que nos ocupa aquí es, claro, relacionado con la incontinencia de esfuerzo y con un factor que puede provocar que ese problema nos acompañe a medida que nos hacemos mayores. Y es que a medida que tú envejeces… tu suelo pélvico también lo hace, propiciando la aparición de las pérdidas de orina.
¿Qué ocurre en tu cuerpo con la llegada de la menopausia?
Nos centraremos aquí en lo que sucede en el cuerpo de las mujeres; y es que, sobre todo a partir de los 45 o 50 años, los cambios hormonales son notables, y muchos de ellos afectan directamente a nuestra salud.
Dejando aparte síntomas como cambios y desaparición de la menstruación, sofocos o pérdida de densidad ósea, el envejecimiento del suelo pélvico también puede dar lugar a molestias que, aunque se vean menos, son también muy comunes para las mujeres.
Si en el resto del cuerpo perdemos masa muscular, este problema también afecta a la musculatura de esta parte del cuerpo, con la consecuencia de su debilitamiento. De hecho, hay estudios que hablan de que el grosor del músculo que cierra la uretra se reduce un 3% cada año en mujeres mayores.
Por otro lado, durante la menopausia se produce una alteración del tejido colágeno de sostén. Igualmente la elasticidad de los ligamentos que sostienen los órganos pélvicos, como el útero, disminuye. ¿Y qué implica esto? Muy fácil. Durante un esfuerzo, estos ligamentos se estiran; en la vejez, la pérdida de elasticidad implica que tienen una menor capacidad para volver de nuevo a su posición original, por lo que los órganos se “descuelgan”.
A todo esto hay que sumarle el deterioro que sufre la uretra, que es muy sensible al déficit hormonal y ve disminuido su riego sanguineo, favoreciendo la aparición de molestias urinarias.
¡No te desanimes!
Pero eso sí, ¡lo último es desanimarse! Conocer los riesgos y los cambios que van a suceder en nuestro cuerpo es solo el primer paso para prevenir las molestias y lograr mantener el bienestar durante toda tu vida.
Ya hemos hablado en otros artículos de cómo prevenir la incontinencia con ayuda de la alimentación, o cómo ejercitar tu suelo pélvico para que llegue a esa etapa lo más fortalecido posible.
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